domingo, 10 de febrero de 2013

Borrachos

Todo el mundo (la familia) está emocionado con este blog. Y es por eso que, sin yo pedir nada ni haber preparado ni tan siquiera la cámara de fotos, veo cómo mi madre empieza a sacar ingredientes en medio de una tarde relajada de domingo. "Voy a hacer borrachos", me comunica. "Pero mujer, si me hubieras avisado, me habría traído un cuaderno, la cámara de fotos cargada y lo subíamos al blog", respondo sorprendida y un poco molesta. "Pero si los hago precisamente para que lo subamos". 
Y nada, yo en esto soy una mandada. Me parece que de aquí en adelante todos los domingos mi madre tendrá algo preparado para que cocinemos y subamos al blog :)
Así que aquí está la receta. ¡Por cierto que quedaron muy ricos!


INGREDIENTES:
  • 1 vaso de aceite de oliva
  • 2 vasos de vino blanco 
  • 1 "puñado" de azúcar (tres cucharadas rasas)
  • "Lo que pida de harina" (alrededor de medio kilo de harina de fuerza)
Lo primero que haremos será juntar el aceite de oliva, el vino y el azúcar en un bol. Iremos echando la harina y removiendo con un tenedor. Seguiremos echando harina hasta que tengamos una masa que podamos amasar. En este punto sacamos la masa del bol y amasamos. Continuamos echando harina poco a poco y amasando (esto es a lo que mi abuela llama "secar la masa").




¿Cuándo dejamos de echar harina? Cuando la masa tenga una consistencia parecida a la del pan, pero un poco más blanda. Tenemos que ser capaces de darle forma. Además, la masa no se debe de pegar en los dedos.

A continuación vamos tomando trozos de masa y los extendemos con el rodillo dándoles una forma cuadrada. Deben de quedar láminas de alrededor de 1.5 mm de espesor.



Hacemos cuadrados más pequeños y doblamos dos de las puntas del cuadrado hacia dentro (como en la figura).


¡Ya tenemos nuestros borrachos listos para freír! Ponemos abundante aceite de oliva en una sartén (suficiente para que los borrachos no toquen el fondo) y lo vamos friendo. Muchos de ellos se hincharán. Los vamos sacando cuando estén dorados.



El último paso es cubrirlos con azúcar. ¡Y comerlos!


¡A disfrutarlos!

Los borrachos, según tengo entendido, se llaman sólo así en la Alcarria. En el resto de España son conocidos como pestiños.

Se hacían, según mi abuela, en todo tipo de fiestas. Y aunque se suelen comer fríos, como a mí más me gustan son recién hechos.


Nota. Con el vaso utilizado hemos hecho unos 40 borrachos. Tened en cuenta, que lo importante siempre es la proporción de todo. Si queréis hacer más simplemente doblad las cantidades de todo.

8 comentarios:

  1. ¡¡¡Esas manos me suenan!!! Que buena pinta.

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  2. Buen Blog me encanta sus recetas, un saludo desde menorca, yo tambien comparto con mi señora otro blog de cocina menorquina, pero esta mas bien dedicado a personas con problemas de hemodialisis le dejo aqui el link por si le apetece echar un vistazo http://recetascocinamenorca.blogspot.com/

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    1. ¡Muchas gracias! Hemos tenido el blog un poco parado pero confiamos en seguir colgando recetas.

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  3. y si deseas te puedo agregar también a mi blog, hazmelo saber si quieres el blog real se llama los fogones de la abuela

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  4. y si deseas te puedo agregar también a mi blog, hazmelo saber si quieres el blog real se llama los fogones de la abuela

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  5. Buen Blog me encanta sus recetas, un saludo desde menorca, yo tambien comparto con mi señora otro blog de cocina menorquina, pero esta mas bien dedicado a personas con problemas de hemodialisis le dejo aqui el link por si le apetece echar un vistazo http://recetascocinamenorca.blogspot.com/

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  6. Esos borrachitos!! Me dejaron los brazos entumecidos la última vez, porque mi abuela dice que el secreto es el amasado y que hay que darle una muy buena paliza. Que mujer...jajaja

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  7. Hola! Mi abuela era de Setenil, en la Serranía de Ronda. Ella también los llamaba "borrachos", primero calentaba el aceite con cáscaras de limón para perfumarlo. No recuerdo que usara aceite de oliva (pero sería lo razonable). Unía las puntas de las tiras por los extremos, no por los lados. Tenía preparado un cazo con una mezcla de miel y agua, hirviente, fuera del fuego, y en cuanto los sacaba de la sartén, por allí iba pasando los borrachos, y poniéndolos en una fuente. Mi madre y todas mis tías los hicieron siempre. "Un vaso de aceite, dos de vino, y todo lo que tome de harina." Una fórmula repetida por generaciones. Un saludo desde Buenos Aires!

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